septiembre 26, 2006

La religión en las escuelas publicas

Infinito” es el nombre de un canal de cable donde pasan programas casi todos de corte new age o cuasi místicos, por ejemplo: “El calendario maya”, Los niños Índigo”, “Círculos, la búsqueda de la verdad”, “La quinta dimensión”, Astrología” y montones de temas de parasicología, telequinesia, reencarnación, exorcismos y fantasmas.

El eslogan lo dice todo: “Abre tu mente

Sin embargo y sin ningún afán de masoquismo antropologico, hay uno que me gusta ver los domingos en la mañana, se llama: “Creencias”.

Es un programa de debates con un moderador (Esteban Mirol) y un panel de religiosos compuesto de la siguiente manera: Un sacerdote (católico), un rabino (judío), un monje (hinduista), un pastor (evangélico), un imam (musulmán) y un agnóstico.

Cada domingo tratan un tema diferente como: aborto, sexo, eutanasia, educación, extraterrestres, el origen del hombre, suicidio, y temas de este tipo, para lo cual siempre tienen un invitado extra, especialista en el tema semanal (un científico, un filosofo, un medico, etcétera), para que debata junto a los personajes permanentes.

El tema de este domingo pasado fue: “¿Se debe enseñar religión en las escuelas publicas?"

Y el invitado fue una maestra con más de 40 años al servicio de la educación pública (lamentablemente no apunte el nombre, solo se que se llamaba Martha).

El debate prometía mucho, salvo quizás por la apariencia bonachona y tímida de la maestra; parecía que se la iban a comer viva.

Pero la maestra resulto ser un lobo con piel de cordero, y salvo el agnóstico (porque opinaba igual a ella), a los demás les puso una “pela de perro bailarín” que seguramente cada uno de ellos como minino la envió al infierno de sus respectivas religiones.

Los temas rescatables

Me hubiera gustado grabar el programa, pero a esas horas de la mañana de un domingo, ya es suficiente con que sepa accionar el control remoto.

Además los puntos no fueron muchos ya que le dieron vuelta a unos pocos tópicos, es decir a los que la maestra les permitió que lo hicieran, ella con argumentos y datos estadísticos y ellos con revires del tipo políticamente correcto o de plano dogmáticos.

A la primera pregunta del moderador:

¿Debe enseñarse religión en las escuelas públicas?

La respuesta casi unánime de los religiosos fue más o menos política.

- “La religión debe enseñarse en las escuelas públicas porque es la única forma de enseñar valores morales y éticos”.

Claro el agnóstico no estaba de acuerdo, pero a partir de ahí las respuestas mejor articuladas y mas contundentes estuvieron de parte de la maestra.

Maestra: - ¿Y de donde sacan que los valores éticos y la moralidad son monopolio de las religiones, o díganme donde están los estudios que demuestran que en los ambientes laicos están ausentes las acciones correctas?

Los más reacios a cederle el protagonismo a la maestra fueron el rabino y el sacerdote, y uno de sus revires mas mortíferos fue algo así:

- “No se trata solamente de actuar bien en sociedad, también se trata de trascender, del deseo del ser humano de ser algo mas que carne o animal, de ser parte de un todo y no solamente números y conocimientos físicos de la naturaleza”.

La respuesta simple; o mas bien la pregunta de la maestra:

M: ¿No están confundiendo religiosidad con espiritualidad, para la que no es necesaria forzosamente la creencia en un ser superior y de la que si se preocupa también la escuela publica?

Aquí la respuesta fue una confusión de exclamaciones de cada uno de los religiosos tratando de simular una respuesta brillante y la sonrisa socarrona del agnóstico, como diciendo “usted sígale maestra, aquí no me necesita”.

El rabino:

- “Pero es que no defendemos el que se tenga que dar clases de religión en las escuelas publicas, pero tal parece que el objetivo del laicismo es enseñar en dichas escuelas a odiar toda forma de religión, el laicismo no es, ni debe ser enseñar ateismo en las escuelas".

La maestra y el agnóstico en dueto de “RE mayor”:

- ¿Tiene datos estadísticos o documentados de que algo así se haga en alguna escuela pública (de Argentina)? Porque de ser así, hay que hacerlos públicos inmediatamente porque, que yo sepa eso no sucede en ninguna escuela, al menos no como practica sistemática?

El rabino: “……..gestos……silencio…alzar los hombros….silencio incomodo….

La maestra (que no acepta un silencio como respuesta o es experta en técnicas policiales):

- “Una de las cosas que tratamos de hacer en las escuelas es precisamente enseñar uno de los valores mas necesarios para convivir en sociedad, y que se llama tolerancia, ya sea hacia cualquier religión o incluso a los ateos o a los que no creen en nada, ¿PUEDE LA RELIGION QUE REPRESENTAN DECIR LO MISMO?”

Religiosos (que a esta hora ya eran una masa compacta con un único objetivo, rebatir o callar a la maestra):

- “Precisamente en aras de dicha tolerancia se les debería enseñar a los alumnos que tienen opciones y una de ellas es la religión”.


M: - “Y así se hace, se les enseña tanto la teoría de la evolución como historia comparada de las religiones, ellos pueden escoger creer en lo que quieran”

R: - “Pero no se hace al mismo nivel, ¿porque no se hace como en algunos colegios de Europa o Chile que si alguno de los padres quiere que se le de clase de religión a su hijo, el estado debe contratar un maestro de dicha religión y enseñarle al menos 30 minutos después de clases?

M: “Pero es que no entienden, no es cuestión de cantidad ni educación por democracia, ¿acaso han pensado en la posibilidad de que cada alumno tenga una religión diferente?, ¿cuantos religiosos serian necesarios?, además de que puede haber por ejemplo católicos que no quieran practicar el culto a su religión, o practicantes de varias religiones, o católicos moderados, ortodoxos, Light, existen muchas formas de ser católicos o protestantes, ¿habría un maestro para cada una?”

Aquí el moderador, no se si tratando de salvar a los religiosos o de darles la puntilla, invito a comerciales, no sin antes lanzar una pregunta de forma inocente:

- "¿Por qué si las religiones tienen colegios religiosos, para que necesitan que se enseñe religión el las escuelas publicas?"

Y aquí fue donde no regrese a tiempo del baño para escuchar la respuesta, lo siento pero valoro más mi vejiga que un buen debate.

Pero me recordó una propuesta de un grupo de maestros españoles que en forma por demás sarcástica proponen igualar las circunstancias de la religión tratando de entrar en las escuelas, con la de pedir a los templos católicos algo así como:

- “Debido a la precaria educación de los jóvenes, solicitamos respetuosamente 30 minutos después de misa para dar clases de evolución y método científico y así contribuir a la tolerancia esgrimida por las religiones, al fin y al cabo que tanto la religión como la educación se mantienen de dinero publico”.

Y así fue todo el programa, la verdad no creo que vuelvan a invitar a dicha maestra, pero generalmente el programa vale la pena.

Lo que mas me llamo la atención fue ver como el panel de religiosos que normalmente debaten sus diferencia entre ellos, en esta ocasión hacían causa común contra el enemigo mas maléfico al que se hubieran enfrentado, no era un dios diferente, no eran dogmas o creencias diferentes, no eran los profetas correctos o quien tenia la mejor versión del cielo o del infierno.

El enemigo que logro aglutinar a todas las religiones en una causa común esta vez era el representante del conocimiento por excelencia:

Un maestro; como Aristóteles, Platón o Sócrates; una maestra cuerda, simple, con sentido común, ah, y también laica.

Juan Carlos Bujanda Benítez
Septiembre 25, 2006

PD.
Aclaro que los diálogos y el contenido son mas una mezcla de mi pobre memoria y de mis pretensiones de guionista, que de lo que realmente sucedió, pero haber, díganme quien diablos puede recordar algo que vio a las 9 de la mañana en domingo, sobretodo cuando la noche anterior fue sábado.

septiembre 06, 2006

No creas todo lo que piensas

En la revista SKEPTICAL INQUIRER del bimestre septiembre-octubre de este año, viene una revisión de un libro que con solo leer su resumen se antoja leerlo.

El solo hecho de que esta revista -que es algo así como el Atalaya del escéptico- lo recomiende, dice mucho de el.

El libro:

“Don’t Believe Everything You Think: The Basic Mistakes We Make in Thinking
By Thomas Kida. Prometheus Books.

Curiosamente Thomas Kida no es filósofo o científico; al menos no académico, sino profesor de contabilidad en Isenberg School of Management
, de la Universidad de Massachussets.

El libro lo recomienda el mismísimo Michel Shermer, (Escritor del libro: “Porque la gente cree en cosas extrañas”) con las siguientes palabras:

"How can we tell the difference between what is true and false? The answer is science and critical thinking, a process that Thomas Kida, in this exceptionally readable and delightfully informative book, explicates with clarity. His ‘6 basic mistakes we make in thinking’ should be printed on a laminated wallet-sized card and examined every morning before we go out into the world."

Traducción: -“Este libro es la neta”.

Bueno, también dice: “Como podemos saber la diferencia entre lo que es verdad y lo que es falso? La respuesta es ciencia y pensamiento critico, un proceso que Thomas Kida en su excepcional, facil, disfrutable e informativo libro, explica con claridad. Sus “6 errores básicos que cometemos al razonar”, deben ser impresos en una tarjeta laminada de tipo cartera y examinada cada mañana antes de salir al mundo exterior”.

A que errores se refiere:

1. Preferimos las historias a las estadísticas

Estas historias que preferimos y en las que generalmente basamos nuestras opiniones son las llamadas anecdóticas, pero al hacerlo pasamos por alto las evidencias estadísticas que representan información que constituye un mejor contexto para establecer principios generales de los hechos.

Un buen ejemplo es el de los milagros de Lourdes que menciona Carl Sagan en su libro “El Mundo y sus demonios” (¿El nuevo testamento del escéptico?).

En 1858 se informó de una aparición de la Virgen María en Lourdes,
Francia; la Madre de Dios confirmó el dogma de su concepción inmaculada
que había sido proclamado por el papa Pío XI sólo cuatro años antes. Algo
así como cien millones de personas han ido desde entonces a Lourdes con la
esperanza de curarse, muchas de ellas con enfermedades que la medicina de
la época no podía vencer. La Iglesia católica romana rechazó la autenticidad
de gran cantidad de las curaciones llamadas milagrosas: sólo aceptó sesenta y
cinco en casi un siglo y medio (de tumores, tuberculosis, oftalmitis, impétigo,
bronquitis, parálisis y otras enfermedades, pero no, por ejemplo, la
regeneración de una extremidad o una columna vertebral partida). De las
sesenta y cinco curaciones, hay diez mujeres por cada hombre. Las
posibilidades de una curación milagrosa en Lourdes, por tanto, son de una
entre un millón; hay tantas posibilidades aproximadas de curarse después de
una visita a Lourdes como de ganar la lotería, o de morir en el accidente de
un vuelo regular de avión... incluyendo el que va a Lourdes.
La tasa de remisión espontánea de todos los cánceres, agrupados, se
estima entre uno por cada diez mil y uno por cada cien mil. Si sólo el cinco
por ciento de los que van a Lourdes fueran a tratarse un cáncer, debería de
haber entre cincuenta y quinientas curaciones «milagrosas» sólo de cáncer.
Como sólo tres de las sesenta y cinco curaciones atestiguadas son de cáncer,
la tasa de remisión espontánea en Lourdes parece ser inferior que si las
víctimas se hubieran quedado en casa
.

2. Buscamos confirmar y no cuestionar nuestras ideas

Dice que preferimos buscar e interpretar información que confirme nuestras creencias, además de que es esta la información que mejor recordamos, y tratamos de olvidar o ni siquiera tomamos en cuenta la que contradice o demerita lo que creemos.

En este rubro entra el tipo de discusiones en las que alguien emite una opinión, pero no esta dispuesto a escuchar la contraria, a menos que sea para preparar una respuesta adecuada que la desmienta, aunque nunca sea analizada ni mucho menos darle el beneficio de la duda, es decir la descalificamos antes de siquiera escucharla.

3. Raramente consideramos que la casualidad o las probabilidades sean las causantes de los eventos.

Tenemos la tendencia a encontrar causas a todos los eventos que nos suceden diariamente, aunque muchos de ellos son simplemente coincidencias o resultado de múltiples posibilidades.

En este rubro entra el concepto del destino, los horóscopos, las frases vacías del tipo Paulo Cohelo: “Cuando deseas algo con fervor el mundo conspira a tu favor”, etcétera.

También es la máxima en la que esta basada una de las principales religiones de una parte mayoritaria de la población, me refiero al hinduismo, específicamente al KARMA.

Pero no es exclusivo a esta religión, aplica también para cualquiera de las otras religiones basadas en libros sagrados cuando decimos cosas como: “Eso le pasa por no respetar nuestras creencias”, Al final todo se paga”, “Al final tendremos nuestra recompensa (en el cielo)”.

Pero en un mundo mas inmediato y mas comercializable, es la premisa en las que se basan la suerte, la lectura de los horóscopos, o al menos su confirmación; cuando creemos en ellos, estos están elaborados de una forma tan general y ambigua que es casi inevitable que no suceda algo que pueda encuadrar en alguna de sus frases o consignas del agorero en turno, mientras que simplemente es fruto de la casualidad o de una de las múltiples posibilidades.

4. Algunas veces percibimos el mundo diferente a como es en realidad.

El resumen dice que algunas veces, pero creo que es mas bien generalmente.

La percepción que tenemos de nuestra realidad cotidiana esta basada en nuestras expectativas, y estas a su vez están formadas conforme a lo que queremos creer o a lo que estamos acostumbrados y que constituye un asidero o muelle de certidumbres aunque estas sean solo aparentes.

El ir mas allá, el arriesgarse a dejar lo seguro por lo desconocido es un terreno en el que muy pocos estamos dispuestos a embarcarnos.

5. Tendemos a simplificar nuestras percepciones.

Mas que valida en estos tiempos de saturación informática y exagerada por los medios de comunicación masiva, tenemos la tendencia a formar juicios basados en la simplificación de la información disponible.

Esta estrategia es valida cuando se trata de reaccionar de forma inmediata, pero es contraproducente cuando se trata de analizar o formar juicios abstractos, o simplemente de pensar en algo con diferentes grados de profundidad.

Es aquí donde se hace urgente tener a la mano “La navaja de Occam”.

Es valido simplificar, de hecho es esta una de las herramientas de la evolución y la supervivencia, pero solo después de descartar lo improbable por lo más probable, pero si solo conocemos dos opciones, la elección no será más que un acto de azar.

6. Nuestra memoria es inexacta la mayoría de las veces.

En este error radican muchas de las falacias de la charlatanería moderna.

El más popular es seguramente el de las abducciones de extraterrestres, pero el más dañino por su aceptación mas general es el de que los recuerdos se graban de forma permanente y exacta.

Este ultimo es aun aceptado por la mayoría de los psicoanalistas, que basan sus tratamientos en el supuesto rescate de los recuerdos olvidados.

Pero gracias a los recientes descubrimientos del funcionamiento de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones, ahora sabemos que la memoria no es una grabadora permanente de experiencias pasadas.

Nuestros recuerdos no solamente cambian con el tiempo, sino que incluso podemos crear nuevos recuerdos que en realidad nunca existieron.

Nuestras experiencias actuales, nuestras expectativas, nuestras creencias, incluso una simple sesión de sugestión, pueden dar forma a recuerdos que en realidad fueron muy diferentes o que quizás nunca pasaron.

Es por esto que la técnica de regresión o hipnosis ya no es valida en los juicios en los Estados Unidos.

Es también esta la principal razón por la cual las investigaciones criminales están basadas más en evidencias empíricas que en testimonios o referencias anecdóticas.

Estos son los puntos que componen la base de este libro, que además incluye múltiples ejemplos mejor desarrollados que los míos y que demuestran que fácil es llegar a falsas conclusiones y que fácil es vivir con ellas.

Por lo pronto yo ya tengo mi tarjeta de “Los seis errores básicos que cometemos al razonar”.

Juan Carlos Bujanda Benítez
Septiembre 6, 2006

Referencia:

Skeptical Inquirer (September/October 2006).

“Don’t Relieve Everything You Think” (Thomas Kida. Prometheus Books).

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