abril 26, 2008

Ateo por democracia, o no estamos solos.

Uno de los argumentos preferidos de las grandes religiones monoteístas al defender sus dogmas es que millones de personas no pueden estar equivocadas.

Falacia ad populum o sofisma populista, pero a lo bestia, algo así como “Comamos mierda, millones de moscas no pueden estar equivocadas”.

Y es que ciertamente a veces resulta intimidante saber que la mayoría de la gente que nos rodea cree en algo en lo que tu estas casi seguro que no es más que un gran engaño perpetuado a lo largo de siglos.

Sin embargo cuando te das cuenta que tus creencias o más bien tus certidumbres son compartidas por más de 240 millones de personas que es el número estimado de ateos reconocidos en todo el mundo, la cosa se ve diferente.

Si formáramos un país estaríamos hablando ni más ni menos que del quinto más poblado, solo debajo de China, India, Estados Unidos e Indonesia y por encima de Brasil, Rusia, México, Pakistán y de cualquier país europeo.

Somos abrumadoramente más numerosos que los Judíos (14 millones) y si fuéramos una religión (ya oigo a mis detractores decir que el ateísmo es una forma de fe) seriamos la séptima más numerosa.

Pero estamos hablando solamente de los ateos declarados, es decir los que no creemos en ninguna clase de dioses o entes sobrenaturales, si a esto agregamos agnósticos, humanistas laicos y no religiosos, la cifra sube a 1,100 millones de seres humanos pensantes.

Estamos hablando de la quinta parte de la humanidad, quienes estamos de acuerdo en que la religión no debería influir en las políticas que rigen la vida de las naciones.

Y a juzgar por las condiciones de vida que tienen los países con la mayor población de ateos y agnósticos, sus puntos de vista deberían de tomarse en cuenta al elegir reglas de convivencia que afectaran a todo el mundo.

Y la cifra sigue subiendo, es interesante conocer que hay países en donde las religiones están creciendo, pero como es el caso de México, en vez de agregarse a la religión católica están migrando hacia otro tipo de creencias como la secta “Pare de sufrir” o las religiones protestantes, sin embargo este crecimiento solo se ve en los sectores más pobres y por lo mismo con menor educación, ya que entre los sectores más educados el crecimiento es hacia el ateísmo (INEGI 2007).

Pero hay un aspecto de las creencias que poca gente ha tomado en cuenta, y es que si pensamos en las religiones como la creencia en un dios universal y personal que dicta reglas y ofrece premios, entonces sus seguidores se vuelven todavía menos.

En esta situación se encuentran todas las religiones monoteístas, tanto las tres principales: Cristianismo con 2,100 millones de adherentes, Islamismo con 1,300 millones y Judaísmo con solo 14 millones, así como las creencias menores como religiones indígenas, religiones tradicionales africanas, y otras como Zoroastrismo, Unitarios Universales, Rastafari y otros.

Entre todos no pasan de 3,400 millones, la población mundial es de 6,663,693,813 (24 de abril de 2008 a las 20:22 GMT), es decir el doble.

El detalle que la mayoría pasa por alto es que el Budismo, el Taoísmo, el Confucianismo y una gran parte del Hinduismo no son religiones sino filosofías, y que con algunas excepciones dentro de cada una de ellas, la mayoría de sus adherentes no cree en un dios personal ni en ningún entre sobrenatural; su sentido de trascendencia está más enfocado a su forma de vida terrenal que a hacer méritos en busca de premios en la otra vida.

Son sistemas éticos y filosóficos más que religiosos, igual que las creencias de la mayoría de los ateos, agnósticos y humanistas laicos.

Curiosamente quienes toman las decisiones en cuestiones globales, con la excepción de Europa Occidental, son mayormente creyentes.

¿No estaría justificado que se tomara en cuenta lo que casi 2,770 millones de personas no religiosas tienen que decir en materia de seguridad, guerras, alimentación, tolerancia, comercio, discriminación y cualquier política que nos afecte a todos por igual?

A pesar del sentimiento popular de que el mundo está cada vez peor, punto de vista miope debió a la corta visión histórica individual, el mundo se mejora a pasos agigantados y no es gracias a las religiones como quiere hacernos creer Ratzinger, Bush y compañía.

Así que no debemos sentirnos solos y mucho menos avergonzados de declararnos ateos, agnósticos o humanistas laicos, al contrario debemos sentirnos orgullosos de ser una extensión de la ilustración.

De pensar que somos herencia del pensamiento de grandes personajes como: Protagoras, Epicuro, Hipatia, Hume, Diderot, Holbach, Voltaire, Comte, Nietzsche, Sartre, Camus, Beauvoir, Russell, Popper, Levi, Asimov, Sagan, y muchos más que se siguen acumulando y en todos los sentidos creciendo.

Claro que, flaco favor nos haríamos al defender nuestra postura por mayoría, pero no puedo evitar sentir cierto malicioso placer al pensar en decirle al próximo creyente con quien discuta:

Lo siento, pero tus creencias son arcaicas, anacrónicas, infundadas y en franca desaparición”.

Juan Carlos Bujanda Benitez.

Abril 26, 2008.


Fuentes:

Major religions of the world

The largest atheist/agnostic polulation

Celebrity atheist list

abril 11, 2008

Vuestra humilde eminencia

“Esa seda que rebaja

tus procederes cristianos

obra fue de los gusanos

que labraron tu mortaja.

También en la región baja

la tuya han de devorar.

¿De qué te puedes jactar,

ni en qué tus glorias consisten

si unos gusanos te visten

y otros te han de desnudar?”

Pedro Calderón de la Barca.


La pose es de estrella de cine, un orgulloso Marlon Brando, o más bien un Pedro Armendáriz sin bigote; la mirada desafiante, la postura de frente con el pecho "echado pa'delante", y con esa sonrisa de autosuficiencia, o como decimos por el norte, de "perdonavidas".


Si fuera congruente con lo que predica, la palabra que debería describirlo seria "humildad"; sin embargo la que mejor lo hace y no creo que sea involuntario se llama "opulencia".


Hablo por supuesto de la nueva estrella de la revista "Quién", el cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez.


¿Qué pasa por la cabeza de alguien que se supone debe representar la sencillez de un humilde carpintero de Nazaret y escoge hacerlo presumiendo su caserona de Guadalajara?


Sera que piensa que al fin y al cabo ya se lo gano, puesto que esta por retirarse a descansar (¿de qué?).


¿Sera que piensa que la mejor forma de representar al más grande de los hombres (en palabras de la Iglesia católica) es con la más grande de las casas? (Como el Vaticano pero en chiquito).


Y aun se les hace raro que confundieran al arzobispo Juan Jesús Posadas Ocampo con el Chapo Guzmán, de haber ido al aeropuerto montado en un burro nadie le hubiera hecho el más mínimo caso.


El mensaje de la biblia es dicotomía pura, bien podemos encontrar pasajes donde el sacrificio es la piedra angular del mensaje, o bien podemos encontrar pasajes donde la grandeza y el lujo se alabe y se justifique porque Dios lo merece.


Pero cosa rara, generalmente los representantes de Dios en la tierra prefieren dejar bien claro que Dios merece lo mejor de los lujos y que lo merecen ellos en su nombre por extensión y representatividad.


Entre mayor jerarquía mayor lujo, la humildad y sencillez se lo dejan a los principiantes y a los fieles.


Una notable excepción fue Francisco de Asís, fundador de una orden que sigue siendo dolor de cabeza para los amantes de la ostentación, y que renuncio a los lujos para dedicarle su vida a los pobres y a los animales.


Don Juan Sandoval deja claro en el reportaje de la revista que también le gustan los animales, tiene cinco perros, un pavorreal, un perico, y un changuito, estos dos últimos en sus respectivas jaulas.


¿Cómo puede un personaje ser tan cínico para conceder una entrevista a una revista de sociedad como si acaba de inventar la vacuna contra el cáncer o escribir la mejor de las novelas de ficción y hablar todos los días de humildad y sacrificio? (aunque para su descargo le concedo que su campo es el de la ficción).


La respuesta está en la imagen de portada, con su gran crucifico de oro colgado al pecho y con su mano que trata de no ocultar su gran anillo del mismo metal.


Lo que dice o grita sin decir palabras es:

· "Mírenme, estoy del otro lado. Venérenme porque soy grande, no tengo nada que esconder porque soy todo público, a nadie le rindo cuentas, ya no necesito ni al Papa y me gane lo que tengo porque soy el representante de Dios en la tierra."

· Soy la humildad encarnada, soy quien puede perdonarlos, y si tienen suerte hasta les de un autógrafo.

· Soy, si no fuera por Raul Salinas, por Mijares y Lucero, quien mejor adorna la revista "Quien" de Marzo.


Y pensar que uno de su calaña bautizara a mi hijo.


Juan Carlos Bujanda Benitez

Abril 11, 2008.

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