agosto 09, 2018

Los ángeles que llevamos dentro.




“Así pues, encontramos tres causas principales de riña en la naturaleza del hombre: primero, competición, segundo, inseguridad; tercero, gloria. La primera hace que los hombres invadan por ganancia, la segunda, por seguridad; y la tercera, por reputación. Los primeros usan la violencia para hacerse dueños de las personas, esposas, hijos y ganado de otros hombres, los segundos para defenderlos; y los terceros, por pequeñeces como una palabra, una sonrisa, una opinión distinta o cualquier otro signo de subvaloración, sea directamente de su persona o por reflejo en su prole, sus amigos, su nación, su profesión o su nombre.”Thomas Hobbes.




Sabe lo que dice Steven Pinker en su libro: Los Ángeles que llevamos dentro, cuando habla del declive de la violencia a través del tiempo. Ni siquiera estamos cerca de parecernos al grado generalizado de violencia del pasado.

Pero no se me pasa que esto solo sea valido para periodos largos y sostenidos.

Si, es cierto que la violencia ya no es generalizada ni sostenida, como lo era por ejemplo en la Edad Media; pero esto no quiere decir que hoy no tengamos episodios tan intensos en crueldad y falta de castigos y consecuencias, que aunque quizás no duraran cien o doscientos años, para las personas que los sufren no hay diferencia.

Aplica perfectamente la división de Hobbes, los causantes de la violencia son los que compiten, los que roban a las esposas y matan a los hijos y hacen con ellos lo que les da la gana.

Los que usan métodos de violencia que harían palidecer a los inquisidores del Santo Oficio.

De la obtención de ganancia saltan a la búsqueda fugaz de gloria, aunque solo sea como método disuasivo para la competencia.

El único elemento más o menos justificado del esquema de Hobbes no existe, o si lo hace no prevalece.

El que usa la violencia para protegerse y responder a las agresiones, es atacado desde tres frentes: el que compite, el que busca la gloria, y paradójicamente el que debería ser solución a la violencia: El Leviatán.

Este Leviatán, el que tiene el monopolio de la violencia, al menos oficialmente, esta personificado por el tercer elemento del esquema hobbsiano, esta copado por quienes buscan solo la gloria.

Pero el objetivo de su violencia no es el establecimiento del orden, sino la defensa de sus privilegios.

Su artillería pesada: legislativa, ejecutiva y judicial, tiene como fin la preservación del estatus quo; y no les importa si esta va dirigida hacia quienes compiten con violencia, o a quienes solo tratan de defenderse, pero que al hacerlo amenazan su modo de vida.

Este segundo grupo ni siquiera necesita llamarse autodefensa o guerrilla, basta con que haga uso efectivo de sus armas legales como la denuncia ciudadana, el periodismo, o la sociedad civil organizada para que el Leviatán actúe como si lo atacaran las hordas de Atila.

No hay lugar para los que buscan solo seguridad por cualquier medio, nos falta Leviatán y nos sobra competencia.

Pero no hay mal que dure cien años, o doscientos, o mil.

Al final Pinker tiene razón, aunque para muchos esto no nos sirva de consuelo, el declive de la violencia es un hecho.

Los ángeles que llevamos dentro tendrán que seguir así, cautivos, miedosos, impotentes, con las alas rotas y manchadas de sangre; aunque solo sea para validar la proverbial excepción a la regla.

Agosto 9, 2018
Juan Carlos Bujanda Benítez

Fuentes:
Foto tomada de internet: epochtimes.com.br

Texto de Thomas Hobbes: “Los ángeles que llevamos dentro” Steven Pinker
Editorial PAIDÓS TRANSICIONES

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