enero 15, 2009

La rebelión del Atlas fronterizo

Los primeros en cerrar fueron los yonkeros, al fin y al cabo quien los necesita, α menos que se descomponga tu auto, claro está.

Después siguieron las refaccionarias y por consecuencia con ellos desaparecieron muchos talleres mecánicos.

Durante el 2008 cerraron más de ochenta restauranteros, eso sin contar con cientos de pequeñas fondas y cafeterías.

Cerraron papelerías, farmacias, casas de cambio, lotes de autos usados, salones de belleza, peluquerías, madererías, tiendas de ropa y comercio en general y también cientos de tienditas detallistas de barrio.

Cd. Juárez es una ciudad de tamaño mediano a grande con sus casi dos millones de habitantes, los cambios no se notan inmediatamente pero el abandono de comercios ya es difícil de ocultar, por todos lados se ven los letreros de "se vende", "traspaso negocio", "cerrado", pero ninguno de "se compra".


Α este ritmo nos vamos a convertir en una ciudad fantasma.

La palabra que seguramente surge en la mente de quienes lean esto, será "crisis económica".

Pero el diagnostico será errado, si algo sabemos hacer en esta sufrida y dinámica ciudad fronteriza es ser productivos y remontar crisis tras crisis y casi siempre con éxito.

Es cierto que el actual problema económico es de mayor dificultad que otros años, pero sé que no es más grande que nuestras ganas de trabajar.

Pero no, no es crisis, la palabra correcta es "miedo".

Los negocios en Juárez solían abrir casi a la misma velocidad de los que cerraban…hasta ahora.

Pero los empresarios y comerciantes no nacen a la misma velocidad con que son asesinados, secuestrados, extorsionados, amputados física y mentalmente para seguir adelante.

En "La rebelión de Atlas"; la obra magistral de Ayn Rand, se relata el éxodo gradual y colectivo de los dueños del capital, los que producen los bienes materiales fruto del esfuerzo y las ideas de su mente.

En este aleccionador relato, la causa del éxodo empresarial no es el miedo, sino el afán del gobierno por eliminar el individualismo y hacer de la riqueza un bien colectivo, sin importar quien lo haya hecho posible.

En Juárez, Tijuana, Tamaulipas, Reynosa, Michoacán, Monterrey y quizás en todo México no son solo nuestros bienes materiales los que están en riesgo, esos los hemos perdido ya varias veces, está en riesgo algo más valioso, el valor supremo que da sentido a todos los demás valores: la vida.

No sé si será prudencia o cobardía lo que nos impide tomar la ley en nuestras propias manos, y no es el objetivo de este articulo el descubrirlo.

El objetivo es llamar la atención de quien sea necesario ante el hecho de que se está literalmente matando a la "gallina de los huevos de oro".

Los que se están autoexiliando para resguardar su integridad y la de su familia, se están llevando con ellos no solamente su capital, sino también sus ideas y capacidad productiva para crear riqueza, empleos y prosperidad.

Esta capacidad no se perderá, pero la perderá México y la ganara Estados Unidos y Canadá, y en menor medida las ciudades mexicanas donde el estado de derecho aun este garantizado.

Se van los que pueden hacerlo mientras aun les queden recursos y vida, los demás, la mayoría, los que necesitamos de ellos, nos quedaremos porque no tenemos otra alternativa.

Nos quedaremos a ver cómo se va quedando la ciudad en ruinas, a repartirnos los despojos, a jugar a la ruleta rusa.

La pregunta no es si a mí también me pasara, la pregunta es ¿cuándo?

Los que nos agreden y se agreden entre ellos mismos no se han dado cuenta que una ciudad así no le sirve a nadie, ¿Quién va a comprar sus mercancías? ¿Quién les alimentara o los hará pasar desapercibidos? ¿Dónde gastaran su dinero?

Y los que podían y creo que aun pueden ponerle remedio a la impunidad y restablecer de nuevo el imperio de la ley, están durmiendo el sueño de los justos.

Estamos atrapados entre dos fuegos, o más bien en medio de fuego cruzado; por un lado dos o más bandas luchando por el control de la plaza y quienes pierden de vista que su negocio es vender su producto, no la violencia, y que ninguno gana si se matan entre ellos.

Por otro lado el fuego "amigo" de quienes se supone debían protegernos, pero han cambiado de patrones y nunca se dieron cuenta cuando perdieron el control y pasaron de ser protectores a esclavos.

Y por otro frente el fuego más dañino, el más ofensivo, el origen de todos los demás males, el fuego de la indiferencia de nuestros representantes en el congreso.

Ellos están demasiado ocupados viajando y creando consensos para aumentarse el sueldo o buscándole nuevo nombre a su franquicia.

Ellos, los más grandes delincuentes, los que tienen el poder para cambiar las cosas, ellos viven en otro mundo y no le rinden cuentas a nadie más que a sí mismos.

El robo de autos tiene muchos riesgos, el ladrón de bancos a veces es atrapado o se lleva muy poco botín, el asesino frecuentemente es asesinado, el violador es violado, el narco pierde su mercancía y su territorio; todo esto es crimen a secas.

En cambio el que diariamente se comete en San Lázaro, el que no tiene riesgo, el que todo es ganancia, el que no te exige educarte, ni decir la verdad, el que no te hace mover un dedo y te permite mentir descaradamente, ese si es crimen organizado, lo demás son solo intentos de principiantes.

Lástima que no todos podamos ser diputados.

Y termino porque me voy a hacer las maletas…ojala!

Juan Carlos Bujanda Benitez

Enero 15, 2009

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