diciembre 30, 2012

Vacunas, thimerosal e inmunidad de grupo

Las vacunas son responsables de salvar cada año aproximadamente nueve millones de vidas humanas.

UNICEF

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Hace unos días mi hijo de cinco años estuvo enfermo y con mucha temperatura, los efectos del Tempra infantil no le hacían efecto mas de 3 horas, así que acudimos a un remedio que nunca nos ha fallado: Supositorios de Neomelubrina.

Asunto arreglado, el efecto le duro lo suficiente para que los antibióticos hicieran su trabajo.

Viendo a mi hijo recuperar la salud, reflexionaba en lo fácil que la tenemos ahora los padres modernos en comparación con nuestros padres.

Según recuerdo en tiempos de mi niñez, el único recurso en casos como este era un baño de agua fría, en cambio ahora tenemos docenas de posibles remedios, tanto para bajar la fiebre como para controlar las infecciones.

Pero ahora, gracias a la ignorancia de algunos padres de familia, nos enfrentamos al riesgo de perder batallas que creíamos hace tiempo ganadas a enfermedades tan terribles como: sarampión, viruela, tétanos, polio, difteria, tos ferina y fiebre amarilla.

El numero de padres de familia que deciden no vacunar a sus hijos crece a ritmos alarmantes cada día , y no hablamos aquí de países subdesarrollados, sino de Japón, Australia, Reino Unido y Estados Unidos (donde cuatro de cada diez padres de familia no vacunan a sus hijos)¹ y claro incluso en México.

El principal argumento que esgrimen estos padres es que con la vacuna sus hijos pueden volverse autistas.

El origen de este temor se remonta a una investigación publicada por el Dr. Andrew Wakefield en 1998 donde afirmaba que la vacuna contra el sarampión causaba autismo.

Dicha investigación nunca pudo ser confirmada ni comprobada por los colegas de Wakefield, de hecho lo único que confirmaron fue que esta investigación no tenia bases solidas para establecer una correlación significativa entre la vacuna y el autismo.

Después se supo que el estudio de Wakefield fue financiado por el mismo abogado que también representaba a cinco padres de familia que demandaban a varias compañías farmacéuticas proveedoras de vacunas.

En el 2010, la revista científica Lancet se retracto formalmente de la investigación publicada por Wakefield y además le fue retirado el permiso para ejercer como medico en Inglaterra, su lugar de origen.

Pero el daño ya estaba hecho, el estudio recibió demasiada cobertura mediática y desde entonces ha crecido como bola de nieve.

Uno de los componentes al que los grupos anti-vacunas culpan del autismo es un preservativo llamado thimerosal.

Sin embargo, después de cientos de meta-estudios, se puede afirmar sin lugar a dudas que si un componente de las vacunas es seguro, ese es el thimerosal.

Aun así este ha sido retirado de las versiones actuales de las vacunas, pero el temor y las campañas anti vacunas siguen adelante, porque no están basadas en evidencia científica, sino en emociones y anécdotas familiares.

En los Estados Unidos la ex-Playmate Jenny McCarthy, esposa del actor Jim Carrey, es la vocera principal de uno de los grupos anti vacunación mas influyentes y según este sitio, directamente responsable de la muerte de varios niños gracias a su ruidosa campaña.

Esta ex-conejita, culpa a las vacunas por el autismo de su hijo, y su argumento es que fue justo después de vacunarlo cuando se manifestó esta condición en el niño.

Y es esta la razón principal que esgrimen la mayoría de los padres de familia con hijos autistas, sin embargo la explicación es mas sencilla.

La edad en que se manifiesta esta terrible condición del autismo, es casi siempre la misma en la que se recomienda recibir las vacunas, y a falta de una respuesta satisfactoria, es fácil para los padres confundir una correlación con una causa.

En México también esta creciendo el apoyo a esta idea de que las vacunas no son necesarias para proteger a los niños, a pesar de que la mayoría de las vacunas son obligatorias, al menos para poder inscribir a los niños en la escuela.

Recuerdo hace ya varios años haber escuchado a una famosa popular actriz mexicana, de la que desafortunadamente no recuerdo el nombre (no debió ser tan popular supongo), decir que no pensaba vacunar a sus hijos, y que a pesar de tener uno de ellos ya mas de 7 años estaba perfectamente sano sin necesidad de vacunas.

Esta es la defensa mas popular de los padres anti-vacunas, ante las críticas, dicen que  la decisión de no vacunar a sus hijos solo les concierne a ellos y a nadie mas, al fin y al cabo, los únicos posibles afectados serán sus hijos, así que no deberíamos de meternos en sus asuntos.

Pero se equivocan al pensar que los únicos afectados son sus hijos, existe algo llamado Principio de Inmunidad de Grupo(Herd Immunity), que básicamente consiste en una barrera de protección que forman las personas vacunadas para que una infección o enfermedad no se transmita mas allá del infectado y alcance a personas que no están vacunadas porque aun son muy pequeños para hacerlo o por razones medicas.

El porcentaje de población necesario para formar esta barrera, varia dependiendo de la gravedad de la enfermedad o infección, pero va desde el 40-50% hasta un 80-95%.

¿Alguien recuerda la campaña de vacunación contra la Influenza H1N1 en México, donde se mencionaba que no se pretendía vacunar al 100% del población porque esto no era necesario?

Y es esta barrera la que esta en riesgo por iniciativas como la de McCarthy o por ideas tan estúpidas como la de la no tan famosa actriz mexicana.

Así que al final la decisión de no vacunar a sus hijos si termina afectándonos a todos, y contrariamente a lo que piensan estas personas, la razón por la que tienen hijos sanos a pesar de no estar vacunados, no son sus ideas preconcebidas y equivocadas, sino el hecho de que la mayoría si vacunamos a nuestros hijos protegiendo así a los suyos.

En este enlace pueden ver una imagen animada de como funciona el principio de inmunidad de grupo, tanto en las poblaciones sin vacunar, en los grupos generalmente vacunados y mas importante aun, como funciona o deja de funcionar en los grupos no suficientemente vacunados.

No pongo en duda las buenas intenciones de los padres de familia que toman estas decisiones con sus hijos, pero lo quieran o no, están equivocados y nos están arriesgando a todos.

Actualmente en países como Inglaterra (país donde Wakefield publicó sus estudios originalmente), están resurgiendo enfermedades que estaban ya erradicadas como el sarampión, y esto debido a la baja en el umbral de la población que se resiste a vacunar a sus hijos por miedo al autismo.

Pero no solamente Inglaterra tiene problemas, en Estados Unidos la población sin vacunar se ha duplicado desde 1991; solamente en California, según el Censo para Control de Enfermedades ( CDC), en 1997 entraron al kínder 4,138 niños sin vacunar, y a la fecha esta cifra ha crecido mas del doble.

En Abril del 2011, una escuela privada en el estado de Virginia tuvo que cerrar porque la mitad de sus alumnos enfermó de tos ferina; ninguno de sus alumnos estaba vacunado.

Así que ahora ya saben porqué no solamente tenemos derecho a criticar a quienes no vacunan a sus hijos, sino que es incluso una obligación de parte de quienes nos dedicamos, aunque no sea profesionalmente, a promover el pensamiento racional y escéptico.

Usted puede hacer con sus hijos lo que quiera, y eso ya es bastante discutible, pero por el bien de los míos, por favor vacúnelos, o luego no se queje de que no lo bajemos de estúpido bien intencionado.

Juan Carlos Bujanda Benítez.

¹ Center for Disease Control and Prevention, “Update: Measles” August 28, 2008. http://www/cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/mm5733a1.htm.

Referencias:

La mayoría de la información fue obtenida del libro: “50 popular beliefs that people think are true”, de Guy P. Harrison, el cual recomiendo ampliamente.

diciembre 23, 2012

Apología del consumismo.

navidad

Contrario a muchas personas, una de las cosas que mas me gusta de la navidad es algo de lo que muchos se quejan: el consumismo.

Así es, me gusta el consumismo, y no es que me guste hacer fila para comprar regalos, o para ir a lugares que frecuento y que en estas fechas se ponen imposibles.

Me gusta ver a las personas buscando regalos para comprar; los mas bonitos, los mas originales o los mas baratos; para sus hijos, sus amigos, familiares o compañeros de trabajo.

Me gusta ver a los vecinos adornando sus casas por dentro y por fuera, compitiendo a ver quien puede comprar mas luces chinas y el árbol artificial mas grande…también chino.

Yo se que la navidad es mas que esto, que también se trata de buenos deseos, de propósitos, de tiempos de iniciar nuevas etapas, de reconciliación y de darse nuevas oportunidades.

Pero los deseos son solo eso, los propósitos casi nunca se cumplen, ya sea porque son irrealizables o porque no tienen un plan de trabajo para darles seguimiento, las nuevas etapas generalmente son copias de las anteriores, las reconciliaciones son solo treguas temporales y las oportunidades las usamos para agregar unos kilos a la cintura.

Ah pero lo bailado quien nos lo quita, la fiesta, aunque sea temporal, si se queda, aunque sea en videos y fotografías caseras, ahí esta la prueba de que si podemos hermanarnos y llevarnos bien aunque sea por un periodo corto de tiempo.

Y por artificial que sea vale la pena, y lo vale tanto que lo volvemos a repetir cada año con las mismas ilusiones.

Me podrán decir que lo que realmente alimenta esta tradición cambiante no es el consumismo, que lo que lo hace es el espíritu de fraternidad y convivencia, pero a ver, hagan esto sin foquitos, sin cena ni regalos.

Ya se, ya se, no pretendo ignorar que existen miles, si no millones de familias que no pueden comprar regalos, ni tener cena, ni siquiera tristemente pueden pretender cambiar de vida.

Pero incluso ellos tienen rituales y deseos expresos, trabajan para que sus hijos si tengan la oportunidad de integrarse a la sociedad consumista.

Y es precisamente en estas fechas cuando las personas pudientes se acuerdan del prójimo y tratan de lavarse la conciencia dando regalos usados, y sincera o hipócritamente tratan de abrirle sus corazones, vía sus carteras, a los más necesitados.

Y gracias a esta fecha de consumismo, muchos niños tienen la oportunidad de recibir un juguete y se olvidan momentáneamente del frio y del hambre, y los padres de esos niños cambian momentáneamente sus prioridades de superación por el mas humilde de los juguetes, aunque sea usado ( y chino).

Por eso me gusta la temporada navideña, por las tarjetas llenas de clichés, por los intercambios de regalos baratos, por los buenos deseos aunque sean inútiles y la mayoría de las veces hipócritas, que el ser sinceros no los hace mas efectivos.

Por las tiras de luces chinas y que nos dan tantos dolores cabeza al no encontrar el foquito que no funciona.

Por las esferas que se rompen una de cada dos, por los antojitos rebosantes en aceite, que nos junta con quien no vemos en todo el año y que nos deja el corazón lleno de esperanzas (y las arterias llenas de colesterol).

Temporada de números "negros” para los que viven del comercio, que también son padres y también tienen que comprar regalos; época de patrones generosos, aunque sea por tradición o por amenazas de la Ley Federal del Trabajo.

Tiempo de compartir el aguinaldo con compañeros de trabajo; y casi siempre buscando quien es mas generoso o mas creativo al regalar, no importa que el resto del año se mantengan hablando mal a sus espaldas.

Lo siento, pero yo no entiendo la navidad sin consumo; la imaginación y creatividad de un comercial en horario estelar supera con creces el mejor sermón del papa en la misa de gallo.

Doy gracias que al menos en la civilización occidental las antiguas tradiciones se están perdiendo, antes si no adorabas a los dioses en las fechas indicadas y de la forma correcta, terminabas en el mejor de los casos excluido o recluido y en el peor desmembrado o crucificado.

Lo sabían los sumerios que inventaron la cerveza (gracias, gracias, gracias), los griegos que inventaron los juegos olímpicos (con cerveza), los egipcios que inventaron el maquillaje para que nuestras mujeres se vieran coquetas (todo el año, no solamente en navidad y año nuevo), lo sabían los asirios y los babilonios que inventaron el trueque antes que la religión (y sabían lo que valía una buena cerveza).

Es insultante para el ser humano el creer que existe una fecha de perdón y reconciliación inspirada por el nacimiento de dioses ficticios; si alguien nos recuerda que existe algo llamado empatía y reconocimiento del “otro”, ese es el intercambio (comercio) de cosas baratas, mundanas, materiales y perecederas, ah, y chinas.

!Feliz Navidad y larga vida al consumo, a los productos chinos y a la cerveza!

Juan Carlos Bujanda Benítez.

Diciembre 23, 2012.

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