octubre 08, 2010

Pandora, Prometeo y la esperanza.

La esperanza muere al último, lástima que así se llama mi suegra”. (Caso real, intensión fingida).

Dice la mitología griega que Prometeo, después de crear a los hombres contra la voluntad de su padre Zeus, encerró en una caja todas las calamidades de la tierra para proteger su creación.

Zeus que como todos los dioses era vengativo hizo que Vulcano creara con barro una mujer (igualito que Adán, pero mucho antes).

El resto de la historia es muy conocido, Pandora, la mujer hecha de barro, abrió la caja y dejo que salieran todos los males que desde entonces afligen a los humanos: dolores, vicios, odios y rencores, envidias, locura, envejecimiento, compulsiones, miedos, etcétera.

Sin embargo dentro de la caja Prometeo también había encerrado la esperanza, de este modo los hombres podrían resistir todas las calamidades dejadas libres por Pandora.

Más o menos así va la historia, sin embargo hay otra versión o interpretación menos conocida.

La esperanza

El propósito de Prometeo fue alejar de los hombres todos los males, cuando lo hizo no tenía idea de que alguien los liberaría alguna vez.

Si su intención era dejar que los hombres vivieran en completa armonía unos con otros, ¿porqué razón dejar la esperanza dentro de la caja?

Si esta serviría de contrapeso cuando alguien liberara las calamidades, ¿qué diferencia habría si la esperanza ya estuviera previamente en poder de los hombres?

La respuesta es simple; Prometeo puso la esperanza dentro de la caja porque la consideraba una calamidad, incluso quizás la peor de todas.

La mayoría de la gente asocia esta característica emocional con una fortaleza, incluso en la tradición católica es considerada una virtud, (junto con la Fe y la Caridad es una de las tres virtudes teologales) sin embargo nada se ha conseguido solo con esperanza.

La palabra esperanza viene del latín sperare, que significa esperar, contrario a todo tipo de acción.

Y eh aquí la razón por la cual la esperanza debe ser considerada un vicio en vez de una virtud.

Salvo cuando se espera con un propósito especifico o para dejar que se de el momento adecuado para actuar, la esperanza no sirve de nada.

Y cuando se usa como consuelo ante las demás calamidades solo consigue posponer lo inevitable.

La esperanza sin acción, es sinónimo de creencia, de expectativa, de ilusión, de fe.

Cuando alguien dice: “Tengo esperanza en que las cosas mejoren” es casi seguro que no hará nada para cambiarlas.

Por eso es una de las recomendaciones preferidas de cualquier religión.

“Ten fe y esperanza, no hagas nada, no actúes, no te muevas, no investigues, no leas, todo te será dado, Dios proveerá”.

Tiene como objetivo preservar el estatus quo, es cómodo esperar y es fácil de adjudicar los frutos de la acción a la esperanza.

Esta reflexión nació de una pregunta, acabamos de elegir gobernador en el estado de Chihuahua y alguien me pregunto que esperaba de él (Cesar Duarte), sin pensarlo mucho dije: NADA.

Si luego resulta que para variar es buen gobernante, que bien, pero yo no esperare a ver que hace para sacarnos de la situación en que estamos inmersos.

Dicha situación por cierto, es fruto de la indolencia y corrupción de anteriores gobernantes, pero también ha tenido mucho que ver la inacción de nosotros los gobernados, por esperar que las cosas se mejoren, por tener esperanza.

Por cierto el decir que no espero nada no quiere decir que no tratare de conseguir algo del nuevo gobernador, para empezar este escrito será enviado a varios destinatarios con la intención de que llegue a sus manos y se de cuenta de la dosis de confianza que tengo en el, para que no pierda su tiempo en darme esperanzas.

Prometeo tenía razón en poner la esperanza junto con las demás calamidades.

Por suerte para nosotros también nos dio el fuego, que es metáfora de inspiración para la acción.

Ni la tecnología ni los avances científicos, ni la medicina, ni los conocimientos generales han nacido gracias a la espera.

Tampoco las trampas y peligros creados por nuestro permanente desarrollo (calentamiento global, contaminación, sobrepoblación) se resolverán con esperanza, sino con acción.

No tengo esperanza, no tengo creencias, no tengo fe, prefiero tener certezas, conocimiento, métodos para saber.

Como diría Don Mario Benedetti: (a Prometeo). “Gracias por el fuego”.

Por cierto, cualquier versión de la mitología griega sobre la creación de los hombres y la relación entre estos y los dioses, es más creíble que cualquier versión monoteísta, y además mas entretenida.

Juan Carlos Bujanda Benitez

Octubre 8, 2010.

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