La opinión popular en México, dice que se indigna cada vez que es testigo de un acto de corrupción o de la comisión de algún delito, sin embargo es raro que demuestre esa indignación por medio de alguna acción social.
Se ha dicho hasta el cansancio que los pueblos tienen el gobierno que se merece; en este espacio lo hemos mencionado varias veces. Pero una cosa es estar de acuerdo y otra el saber cual es nuestra aportación u omisión especifica como sociedad, que hace que esta frase sea cierta.
Cada vez que nos enteramos que se cometió algún acto de corrupción por algún político o funcionario publico, no podemos sino estar de acuerdo con el comentario airado del reportero, periodista, comentarista o cualquiera que sea el medio por el que nos enteramos del hecho.
Nuestros comentarios en el café, en la oficina, en la calle, en la casa, generalmente son del tipo: - ¡Esto no es posible, todos los políticos son iguales!- ¡Esto solo pasa en México!- ¡Deberíamos de quitarles el sueldo!- !Se les debería dar un castigo ejemplar!- ¡Ojala esta vez si se haga justicia!
Pero luego de una sincera indignación, pasamos a una también sincera resignación y nos ocupamos de lo que llamamos “nuestras cosas”, hasta que sucede algún nuevo escándalo. Al menos esto es lo que hacemos la mayoría de los mexicanos. Le dejamos la responsabilidad a otros, siempre a los otros.
En una entrevista reciente que le hizo Pedro Ferriz de Con a Francisco Martin Moreno (autor de: México Negro y Las grandes traiciones de México), decía este ultimo que en el castigo que se imponía a los infractores públicos, estaba siempre ausente la sanción social. Explicaba que le dejábamos todo a las instituciones del gobierno, llámese estos: Gobierno federal, policías locales, congresistas, tribunales de justicia y electorales y demás órganos de imparticion de justicia. Pero una vez que estos decidían la culpabilidad o inocencia, como sociedad nos lavamos las manos, si acaso nos indignamos con el resultado, pero solo temporalmente.
Y lo que dice Francisco Martin Moreno tiene mucho de razón, aunque parece simple, sus implicaciones no lo son, la responsabilidad de la sociedad no debe limitarse a legitimar a las autoridades que la representan. Pero de ninguna manera quiero decir que debamos aceptar los linchamientos como practica alterna a los mecanismos oficiales, la sociedad tiene muchas herramientas que puede usar y no lo hace por comodidad o ignorancia. La sanción social puede ser un arma de mucho peso si se utiliza de forma inteligente, dentro del marco legal de un sistema de gobierno republicano como el nuestro (México).
Aquí algunos ejemplos: Porque razón seguimos votando por políticos como Jorge Emilio González del PVEM Inc. (Partido Verde Ecologista de México), después de que ha sido mas que evidente que es un negocio familiar de ladrones oportunistas, aunque la ley correspondiente no lo haya castigado, todos vimos las pruebas, si no hubo sanción legal, si podría aplicar una sanción social. ¿Porque no le hacemos saber a los representantes de los demás partidos que no votaremos más por ellos si hacen alianzas con este partido, alianzas que por cierto son lo único que mantiene a este partido con vida? Tanto el PRI como el PAN lo han aceptado como aliado y nosotros tan campantes. ¿Y la sanción social? ¿Porque la mayoría semi-ilustrada de México que supuestamente estamos de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador es un gobernante populista y un peligro potencial para México, no nos manifestamos de alguna manera, por ejemplo enviando peticiones masivas a los medios de comunicación que transmiten sus entrevistas matinales y que solo le hacen “el caldo gordo” a su campaña hacia el 2006? ¿Nos seria una buena sanción social y mensaje para otros políticos, el pedir que no lo menciones mas en los medios? Y los políticos involucrados en escándalos casi comprobados como Gustavo Ponce o Rene Bejarano y otros del PRD o los panistas Sergio Estrada Cajigal o el escándalo de Vamos México y La Lotería Nacional (PAN) y por supuesto el maestro de maestros el PRI con Mario Villanueva, Manuel Bartlett y muchos mas; ¿No seria sanción social el que además de no votar por sus partidos en elecciones donde participan estos personajes, el pedir a los medios de comunicación que no les den espacios para que se defiendan de algo indefendible?
La ley necesita seguir un procedimiento antes de castigar, pero en un sistema republicano, la sociedad no necesita esperar para usar sus herramientas en casos tan obvios. Y vuelvo a repetir para que no haya malentendidos, estas herramientas de sanción social no tienen nada que ver con actos violentos, me refiero mas bien a los votos en primer lugar, pero también y mas importante quizás a actividades como enviar cartas o correos electrónicos a los medios de comunicación, a inserciones pagadas en los diarios, a la participación en foros o secciones del tipo: cartas a la dirección o redacción, a las manifestaciones pacificas que no violentan los derechos de los demás.
En cambio decimos que los medios de comunicación no nos hacen caso, pero olvidamos que estos son un negocio y por lo tanto siguen las reglas del mercado, si algo se vende, se mantendrá en los anaqueles. Si les hacemos saber que no nos gusta su contenido y actuamos en consecuencia, estos tendrán que cambiar o desaparecer.
Y lo mismo aplica para cualquier partido político, funcionario, programa de televisión, radio o diario. La última realidad aunque no nos guste es que estos son como son porque así lo permitimos.
Y también aplica en lo domestico, si sabemos que tenemos un vecino que se dedica al trafico de drogas, ¿no seria una buena sanción social (vecinal) el no dirigirle la palabra, ni a el ni a su familia, incluido el no dejar que nuestros hijos le hablen a los suyos? Esta medida en particular fue muy exitosa contra los capos de la mafia en el sur de Italia, fueron las amas de casa quienes con estas medidas del tipo “ley del hielo” lograron correr a los mafiosos de sus vecindarios. Si tenemos un vecino con hijos maleantes y drogadictos, ¿no seria una medida efectiva el hacerle saber que no tiene vecinos si no le pone remedio al problema (imponiendo autoridad, dando tratamiento, etcétera) ya que es un problema potencial para todos? Igual con el vecino que ensucia las calles, el que bloquea las cocheras, el que tiene mascotas peligrosas sin control, etcétera.
La realidad es que no sabemos usar la sanción social y los resultados están a la vista.
La democracia no es solamente votar, esto no es suficiente, solo elegimos pero no medimos, no evaluamos, no analizamos, no nos manifestamos ante los resultados, no somos ciudadanos completos.
Decimos que rechazamos a los narcos pero compramos sus corridos, decimos que no nos gustan los chismes pero vemos “La oreja” “Cristina” “Big Brother” y leemos TV Notas y demás revistas de este tipo, oímos programas como “La taquilla”, decimos que estamos cansados de políticos ineficientes, pero le celebramos las puntadas a Panchos Cachondos o Jorges Kawashis.
¿No seriamos más honestos si dijéramos que nos gustan los chismes, siempre y cuando no se trate de nuestra vida? ¿No seriamos más honestos si aceptáramos que admiramos a los narcos? ¿O confesar que envidiamos a los políticos corruptos? ¿O por el contrario no seria mejor si empezamos a utilizar los medios de que disponemos al pertenecer a una republica democrática?¿Qué no seria bueno crecer como ciudadanos? ¿No seria bueno darnos cuenta que una sociedad no existe solo porque vive junta, sino porque actúa como tal? ¿No seria bueno estrenar la sanción social?
Se ha dicho hasta el cansancio que los pueblos tienen el gobierno que se merece; en este espacio lo hemos mencionado varias veces. Pero una cosa es estar de acuerdo y otra el saber cual es nuestra aportación u omisión especifica como sociedad, que hace que esta frase sea cierta.
Cada vez que nos enteramos que se cometió algún acto de corrupción por algún político o funcionario publico, no podemos sino estar de acuerdo con el comentario airado del reportero, periodista, comentarista o cualquiera que sea el medio por el que nos enteramos del hecho.
Nuestros comentarios en el café, en la oficina, en la calle, en la casa, generalmente son del tipo: - ¡Esto no es posible, todos los políticos son iguales!- ¡Esto solo pasa en México!- ¡Deberíamos de quitarles el sueldo!- !Se les debería dar un castigo ejemplar!- ¡Ojala esta vez si se haga justicia!
Pero luego de una sincera indignación, pasamos a una también sincera resignación y nos ocupamos de lo que llamamos “nuestras cosas”, hasta que sucede algún nuevo escándalo. Al menos esto es lo que hacemos la mayoría de los mexicanos. Le dejamos la responsabilidad a otros, siempre a los otros.
En una entrevista reciente que le hizo Pedro Ferriz de Con a Francisco Martin Moreno (autor de: México Negro y Las grandes traiciones de México), decía este ultimo que en el castigo que se imponía a los infractores públicos, estaba siempre ausente la sanción social. Explicaba que le dejábamos todo a las instituciones del gobierno, llámese estos: Gobierno federal, policías locales, congresistas, tribunales de justicia y electorales y demás órganos de imparticion de justicia. Pero una vez que estos decidían la culpabilidad o inocencia, como sociedad nos lavamos las manos, si acaso nos indignamos con el resultado, pero solo temporalmente.
Y lo que dice Francisco Martin Moreno tiene mucho de razón, aunque parece simple, sus implicaciones no lo son, la responsabilidad de la sociedad no debe limitarse a legitimar a las autoridades que la representan. Pero de ninguna manera quiero decir que debamos aceptar los linchamientos como practica alterna a los mecanismos oficiales, la sociedad tiene muchas herramientas que puede usar y no lo hace por comodidad o ignorancia. La sanción social puede ser un arma de mucho peso si se utiliza de forma inteligente, dentro del marco legal de un sistema de gobierno republicano como el nuestro (México).
Aquí algunos ejemplos: Porque razón seguimos votando por políticos como Jorge Emilio González del PVEM Inc. (Partido Verde Ecologista de México), después de que ha sido mas que evidente que es un negocio familiar de ladrones oportunistas, aunque la ley correspondiente no lo haya castigado, todos vimos las pruebas, si no hubo sanción legal, si podría aplicar una sanción social. ¿Porque no le hacemos saber a los representantes de los demás partidos que no votaremos más por ellos si hacen alianzas con este partido, alianzas que por cierto son lo único que mantiene a este partido con vida? Tanto el PRI como el PAN lo han aceptado como aliado y nosotros tan campantes. ¿Y la sanción social? ¿Porque la mayoría semi-ilustrada de México que supuestamente estamos de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador es un gobernante populista y un peligro potencial para México, no nos manifestamos de alguna manera, por ejemplo enviando peticiones masivas a los medios de comunicación que transmiten sus entrevistas matinales y que solo le hacen “el caldo gordo” a su campaña hacia el 2006? ¿Nos seria una buena sanción social y mensaje para otros políticos, el pedir que no lo menciones mas en los medios? Y los políticos involucrados en escándalos casi comprobados como Gustavo Ponce o Rene Bejarano y otros del PRD o los panistas Sergio Estrada Cajigal o el escándalo de Vamos México y La Lotería Nacional (PAN) y por supuesto el maestro de maestros el PRI con Mario Villanueva, Manuel Bartlett y muchos mas; ¿No seria sanción social el que además de no votar por sus partidos en elecciones donde participan estos personajes, el pedir a los medios de comunicación que no les den espacios para que se defiendan de algo indefendible?
La ley necesita seguir un procedimiento antes de castigar, pero en un sistema republicano, la sociedad no necesita esperar para usar sus herramientas en casos tan obvios. Y vuelvo a repetir para que no haya malentendidos, estas herramientas de sanción social no tienen nada que ver con actos violentos, me refiero mas bien a los votos en primer lugar, pero también y mas importante quizás a actividades como enviar cartas o correos electrónicos a los medios de comunicación, a inserciones pagadas en los diarios, a la participación en foros o secciones del tipo: cartas a la dirección o redacción, a las manifestaciones pacificas que no violentan los derechos de los demás.
En cambio decimos que los medios de comunicación no nos hacen caso, pero olvidamos que estos son un negocio y por lo tanto siguen las reglas del mercado, si algo se vende, se mantendrá en los anaqueles. Si les hacemos saber que no nos gusta su contenido y actuamos en consecuencia, estos tendrán que cambiar o desaparecer.
Y lo mismo aplica para cualquier partido político, funcionario, programa de televisión, radio o diario. La última realidad aunque no nos guste es que estos son como son porque así lo permitimos.
Y también aplica en lo domestico, si sabemos que tenemos un vecino que se dedica al trafico de drogas, ¿no seria una buena sanción social (vecinal) el no dirigirle la palabra, ni a el ni a su familia, incluido el no dejar que nuestros hijos le hablen a los suyos? Esta medida en particular fue muy exitosa contra los capos de la mafia en el sur de Italia, fueron las amas de casa quienes con estas medidas del tipo “ley del hielo” lograron correr a los mafiosos de sus vecindarios. Si tenemos un vecino con hijos maleantes y drogadictos, ¿no seria una medida efectiva el hacerle saber que no tiene vecinos si no le pone remedio al problema (imponiendo autoridad, dando tratamiento, etcétera) ya que es un problema potencial para todos? Igual con el vecino que ensucia las calles, el que bloquea las cocheras, el que tiene mascotas peligrosas sin control, etcétera.
La realidad es que no sabemos usar la sanción social y los resultados están a la vista.
La democracia no es solamente votar, esto no es suficiente, solo elegimos pero no medimos, no evaluamos, no analizamos, no nos manifestamos ante los resultados, no somos ciudadanos completos.
Decimos que rechazamos a los narcos pero compramos sus corridos, decimos que no nos gustan los chismes pero vemos “La oreja” “Cristina” “Big Brother” y leemos TV Notas y demás revistas de este tipo, oímos programas como “La taquilla”, decimos que estamos cansados de políticos ineficientes, pero le celebramos las puntadas a Panchos Cachondos o Jorges Kawashis.
¿No seriamos más honestos si dijéramos que nos gustan los chismes, siempre y cuando no se trate de nuestra vida? ¿No seriamos más honestos si aceptáramos que admiramos a los narcos? ¿O confesar que envidiamos a los políticos corruptos? ¿O por el contrario no seria mejor si empezamos a utilizar los medios de que disponemos al pertenecer a una republica democrática?¿Qué no seria bueno crecer como ciudadanos? ¿No seria bueno darnos cuenta que una sociedad no existe solo porque vive junta, sino porque actúa como tal? ¿No seria bueno estrenar la sanción social?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario